Y entonces se hizo lo que se había prometido antes, y Aquellos a los que había desafiado lo tomaron, y lo arrojaron a las profundidades marinas, y lo encerraron en la torre cubierta de percebes que se alza en medio de la gran ruina que es la ciudad sumergida, y se le enclaustró en su interior con el Símbolo Arcano; y, enfureciéndose contra Aquellos que lo habían aprisionado, atrajo de nuevo su ira, y, cayendo sobre él por segunda vez, lo dejaron como muerto, aunque soñando, bajo las aguas, y regresaron al lugar del que habían venido, que se llama Glyu-Vho, que se encuentra en las estrellas, y vigilan a la Tierra desde la estación en la que las hojas caen a la estación en la que se recogen las siembras. Y él yace soñando eternamente, en su casa de R'lyeh, adonde se dirigieron nadando aquellos que lo servían, superando todos los obstáculos, y se dispusieron a esperar su despertar, porque no podían hacer nada contra el Símbolo Arcano y temían su gran poder; pero sabían que el Ciclo volvía, y que quedará libre para apoderarse de la Tierra de nuevo y convertirla en su reino, desafiando una vez más a los Dioses. Y a sus hermanos les sucedió algo similar, y también fueron vencidos por los que habían desafiado y fueron arrojados al destierro; Aquel Cuyo Nombre No Debe Ser Pronunciado fue arrojado al vacío exteriro que está más allá de las estrellas, y sucedió lo mismo con los demás, hasta que la tierra quedó libre de ellos, y Aquellos que habían llegado adoptando la forma de Torres de Fuego regresaron de donde habían venido, y no se les volvió a ver en este mundo, y en toda la Tierra se hizo la paz, y perduró mientras los servidores de los Primigenios se reunían y buscaban el modo de liberar a los Primigenios, y esperaron mientras los hombres buscaban en los lugares secretos y prohibidos para abrir la puerta.
NECRONOMICÓN