La travesía se me hizo eterna, pero finalmente llevo hasta mi altura, se bajó de su camello y se acercó a mí con un odre de agua, iba con el rostro cubierto. Al ofrecerme el odre se retiro el turbante y comenzó a hablarme en una lengua que no entendía, su cara estaba cubierta por cicatrices de viruela.
Bebí el líquido que contenía, tenía una sed tremenda. Trate de explicarle que no le entendía y que necesitaba saber dónde estábamos. Pero el continuaba con su verborrea incesante. Mi siguiente recuerdo es estar sentados al lado de un fuego, el cielo estaba extrañamente apagado, no se veía ninguna estrella, pero del desierto emanaba una fosforescencia. Las inscripciones de las piedras comenzaron a brillar. Mi amigo seguía hablando un tono armonioso, mientras me volvía a pasar el odre.
PD: Propongo que hagamos el final ya. Como máximo 3 mensajes más de usuarios.
Datos para enlazar:
Cosa suelta por las calles y posiblemente otra en el desván.
Tijeras y amuleto para hacer un ritual.
Era actual con smartphones.
Noche de Halloween.
Protagonista dado al alcohol.
Protagonista inmerso en un posible sueño (?).
Extraño señor con turbante sin malas acciones (?).
Runas brillantes y posiblemente más alcohol que le devuelva a su punto de partida.
Abrí los ojos. El páramo interminable de tierra gris y cuarteada se extendía como un mar ante mí y en todas direcciones. Mi casa junto a mi mundo habían quedado atrás... el cielo rojo y las convulsas nubes de gas incandescente que se arremolinaban furiosas sobre aquella tierra incomprensible me daban la bienvenida a aquél yermo de horror infinito.
Me incorporé sobre una roca retorcida e imposible, esculpida con malevolencia por cinceles crueles, cuyo trazo caprichoso quebraba poco a poco mi mente al intentar delimitar su contorno. Busqué los glifos que todos y cada uno de aquellos monolitos infernales sobre los que había despertado en mis trances custodiaban. En todos y cada uno había encontrado dichos grabados, siempre diferentes.
En el horizonte me parecio ver una silueta, parecia a un camello o dromedario, sobre el había un personaje, que parecio verme por su mover de manos. Instintivamente respondi con un gesto similar. Y no puede evitar centrarme en su baiben lento e inexorable con el que mi nuevo amigo se iba acercando.
¡Vibra! ¡Vibra!. ¿Que es lo que vibra?. El teléfono no paró de vomitar notificaciones; la danza macabra de sangre y horror que bailaba Richard ya era... viral... y mientras tanto AQUELLO seguía martilleando mi cabeza desde el desván.
Un momento, me dije, esto no puede estar pasando. Seres alienígenas, teletransportaciones, Richard disfrazado de... de algo indescriptible, los ruidos del desván. Aunque es demasiado real para que sea un sueño. Incoherente, pero real al fin y al cabo.
Intenté pensar qué había hecho antes de que el caos de sucesos se desbordara como un Tsunami ante mis ojos. Y recordé haber visto el último capítulo de la primera temporada de True Detective.
Como era una serie que me emocionaba siempre la acompañaba de una copa de wisky... Tras la decepción final, busque en el mueble bar si tenia más alcohol, pues vasito a vasito el Macallan se habia terminado. No había nada salvo una botella envuelta en una tela de saco, un orujo que no recuerdo quien me trajo.
En la botella habia una inscripción, no recuerdo, tras porbarlo soñe...
Ya era demasiado tarde. Aquello cubrió el cuerpo de su amigo bajo una sinfonía de crujidos y alaridos, salpicando de sangre el césped recién cortado que limitaba el acerado.
Algunos niños, que paseaban frente a la casa disfrazados para la noche de Hallowen, iluminaron la escena con el flash de sus móviles. Reían y señalaban el amasijo de tentáculos como si fuera todo parte de una broma macabra.
Aterrado cerre la puerta con un portazo y los nervios me obligaron a encogerme tras la puerta, el sudor frio le recorria el cuerpo. ¿Que podia hacer contra lo que parecía no morir? ¡Que había hecho!.
El crugir de la puerta de la guardilla le saco de su estado de sock, había otro...
Era un ser horrible, vagamente humanoide, con una suerte de cornamenta de bóvido surgiendo blasfema de su abultada cabeza. Su brazo izquierdo finalizaba en un largo tentáculo que arrastraba hasta el suelo. Maldita sea, Richard vuelve a estar borracho y se ha traido puesto el disfraz del tunel del terror. Que hago, lo dejo entrar, pero y si no estoy solo...
Volvió a sonar el timbre. Una burlesca vocecilla se coló a través de la puerta.
-Sé que estás ahí... ¡He venido a por tu alma pecadora! Jejeje.
Dió la espalda a la puerta, definitivamente no podía dejarle entrar.
Entonces escuchó un sonido metálico, el crugir de plásticos y el aterrado alarido de su amigo. Corrió hacia la puerta y abrió a tiempo de ver como los apéndices quitinosos que surgían del cubo volcado habían atrapado el disfraz de Ricard y tiraban de él con fuerza inusitada.
Por supuesto que debía subir de nuevo. Aunque le horrorizara ver aquel rostro mudo otra vez. Tan sólo tendría que coger el talismán de debajo de la almohada y unas tijeras.. Apretó los ojos. Avanzó hasta la habitación sin moverse del sitio y guardó en su puño el pequeño amuleto esmaltado. De vuelta en la ventana abrió los párpados y una gota de sangre resbaló de su nariz, en pago por su viaje astral. No necesitó abrir el puño para saber que aquella sacrílega cerámica estaba allí.
El timbre de la puerta le sobresalto, quien demonios picaba a esas horas, si el no esperaba a nadie.
Rapidamente fue a la cocina y cojio un trozo de papel del rollo para parar la emorragia y fue hasta la puerta. Desde la mirilla se veia una silueta...
Un sonido atenuado, de esos provocados por algo furtivo que había hecho más ruido del deseado, llegó desde su espalda, pero fingió no haberlo escuchado, y sin apenas moverse paso el enfoque de su vista desde el cubo del exterior hasta el reflejo en el cristal, mientras apretaba el puño: Podía haber otro; el viejo se lo había dicho.
Pero no vio nada más que su propio reflejo. Vacía, así se encontraba la habitación, sin nada más que lo que ya estaba allí. O al menos eso era lo que veía por el reflejo...
Volvió a fijarse en el contenedor, pensando en el repugnante contenido de la bolsa que allí había depositado aprisa. Estaba muerto. Pero las dudas le corroían. No podía seguir allí quieto, esperando. ¿Podría permitirse volver a subir al desván y comprobar que no se habían colado más?. ¿Se atrevería a regresar a aquella especie de cámara del horror?
El resplandor de las estrellas en esa noche sin luna amplificaba sus pensamientos, desbocados por lo inaudito y lo brutal de lo sucedido, se diría que casualmente, esa misma mañana nada indicaba lo que iba a suceder. Normalmente a estas horas de la noche ya habia llegado.
Pero el camión de la basura se retrasaba. Él miró por quinta vez el contenedor de desperdicios, a pie de calle, para asegurarse de que nada se movía en su interior.
En plena noche allí se encontraba él mirando a través de la ventana...
Dada el éxito del "cuento" de AZ se me ha ocurrido algo un tanto loco ... crear un relato entre todos aportando un poco todos.
Me explico, yo empezaré con una frase cualquiera, adjuntaré una imagen de la escena (100% paint) y el siguiente usuario continuará con otra frase a la que yo contestaré con otro dibujo describiendo la nueva escena.
Lo ideal es que hagamos un breve relato (a poder ser que tenga sentido) con temática lovecraftiana y sin límites de humor.
Si la idea gusta me comprometo a continuarla hasta terminar. Dado que este mes no estaré mucho por casa adjunto algunas relgas que me lo harán más ameno :S
Reglas:
- Un comentario por usuario antes del siguiente dibujo.
- El comentario aportado podrá contener desde 2 palabras hasta hacer una frase corta.
- Se podrán acumular hasta 3 comentarios escritos por diferentes usuarios antes del próximo dibujo.
- Los comentarios no tienen límite de originalidad.
IDEA: Ya que tendré que dibujar vuestras frases, dejaremos a mi imaginación lo que dibujaré. Por ejemplo en "una sombra le siguió hasta la puerta", seré yo el que de forma a esa sombra, dándole así un poco de participación a todos los usuarios.