El caso es que empecé a escribir cuentos fantásticos a la edad de siete años y medio u ocho, cuando vislumbré por primera vez a mi ídolo Poe. Las historias eran muy malas y destruí la mayoría de ellas; pero todavía conservo dos muestras irrisorias que hice cuando tenía ocho años: "The Secret of the Grave" y "The Mysterious Ship"
Howard Phillips Lovecraft