Sufrimos pesadillas. Mira detrás de ti, a esa línea de árboles verdes y negros. Allí arriba puede haber cualquier cosa, mirando hacia abajo. La gente le ha vuelto la espalda a la naturaleza. Ya no busca secretos, solo impone sus propias rutinas y preocupaciones a ella. Pero sigue ahí. En la naturaleza, nadie oye tus gritos de dolor y terror, allí no hay almas afines, no hay medicamentos, ni estimulantes artificiales, ni policía, ni mamá, ni una música de fondo que te susurre qué deberías pensar o sentir. Tu vida, expandiéndose de vuelta a una dudosa civilización, es frágil y está a punto de romperse… en cualquier momento
Sensación de aislamiento.