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Alacife: el Necronomicón en la Península Ibérica

Un análisis del Necronomicón y su paso por tierras ibéricas en tiempos remotos y cercanos.


De los Primero Engendrados, escripto está que esperan sienpre al umbral de la Entrada, é la dicha Entrada se encuentra en todas partes é en todos tienpos
Alacife. León, h. 1300

He ido preparando este resumen de las apariciones de Necronomicón relacionadas con la Península Ibérica, tratando de mantener cierta coherencia entre las distintas fuentes, que por lo general se ignoran entre sí. Lógicamente, es un artículo en permanente construcción y ampliación.

Si conocéis alguna referencia adicional, escribidme al correo o comentadlo en las opiniones que aparece al final del artículo.

El Alacife

El Necronomicón o Al-Azif es el libro más misterioso y peligroso de cuantos mencionó Lovecraft en sus obras, tan a menudo calificadas (en un alarde de ignorancia) como relatos de ficción. El interesado en los Mitos de Cthulhu se habrá preguntado a menudo si existe en la península algún indicio o copia de este texto maléfico. La respuesta, por supuesto, es que sí.

La famosa cita que abre este artículo corresponde al ejemplar del Necronomicón que Francisco Torres Oliver halló en el Archivo Histórico de Simancas a finales de los años 60 y que, según se cree, fue redactado en León a finales del siglo XIII o comienzos del XIV1. Estudiosos que han podido consultar posteriormente el libro añaden que se presenta como un infolio de 32×51 cm y que era conocido como Alacife, la versión castellanizada del nombre de "Al-Azif"2. Esto apunta a que el texto es traducción directa del Al-Azif árabe y no del Necronomicón griego de Theodorus Philetas. El libro del árabe loco habría sido traído a la península por Abderramán I en el siglo VIII, huyendo de los abasíes3.

Cronología

730: Abd al-Azrad escribe el Al-Azif. Presumiblemente, el libro pasa a manos de la dinastía omeya gobernante.

755: El Al-Azif llega a la península con Abderramán I, último de los omeyas.

980-990: Ibn Yulyul consigue el libro en la corte de Hishâm II.

1164: El Al-Azif llega a manos de Johannes Hispalensis.

¿1170?: Se prepara una traducción parcial trilingüe en la escuela de traductores de Toledo.

1236: Captura de Córdoba; la biblioteca (y el libro) se traslada a Salamanca.

1300 aprox.: Se completa la edición leonesa en castellano.

1423: Anselm Turmeda prepara en el norte de África una versión en catalán, Lo Llibre dels Morts.

1512: León de Sagredo prepara la edición salmantina, El Libro De Los Antiguos Demonios.

1559: La edición salmantina entra en el índice de libros prohibidos.

¿1578?: Cervantes, preso en Argel, prepara una traducción que luego él mismo destruye.

1600 ó 1623: Edición latina (¿griega?) de la versión de Olaus Wormius.

1938: Aparece una copia en el Alcázar de Toledo, que va a parar a manos del régimen franquista.

1940: Se comienza la construcción del Valle de los Caídos, según las directrices de una copia apócrifa del Necronomicón.

1951: El convento de clausura de las Marianitas Descalzas, cerca de León, arde hasta los cimientos en una supuesta "manifestación demoniaca" nunca esclarecida.

1968: Francisco Torres Oliver halla en el archivo histórico de Simancas la traducción castellana de 1300.

1974: Mariana Hernández encuentra un manuscrito en Londres que comenta las ediciones del Necronomicón en España.

2006: Se localiza en Toledo un ejemplar (probablemente falso) de la edición latina de Wormius.

Dado que se suele aceptar el año 730 como la fecha en que Abd al-Azrad escribió el manuscrito original, se ha postulado que el Al-Azif que llegó a España con los omeyas podría ser el auténtico, que estaba en su poder como califas de Damasco (y que, obviamente, no estaban dispuestos a dejar caer en manos de los abasíes2), con lo cual la traducción de León sería una de las más próximas (y por lo tanto fiables) del mundo. Aun así, en los casi seiscientos años transcurridos entre original y copia existieron diversas versiones intermedias, probablemente también en árabe o incluso en hebreo, que sirvieron para la edición castellana.

A este respecto, cabe destacar que la escuela de traductores de Toledo preparó, en la segunda mitad del siglo XII, un texto trilingüe incompleto que podría haber servido de base para la traducción romance del Alacife5. Se dice que el encargado fue Juan de Sevilla (también conocido como Johannes Hispalensis o Avendeath), un judío converso que adquirió el libro en 1164 del legado de Ibn Yulyul, médico de finales del siglo X al servicio del califa Hishâm II8, y que debió recibir del propio soberano el maligno libro (una copia en manos de la familia real, probablemente).

Como la edición leonesa es íntegra, parece que en ciertos capítulos se recurrió a otra fuente del Al-Azif. Parece confirmado que la edición original en árabe permaneció en Córdoba hasta la captura de la ciudad por los cristianos en 1236, cuando Alonso de Ojeda trasladó la biblioteca de la mezquita a Salamanca8, y debió de usarse antes de desaparecer definitivamente.

Se sabe también que el erudito mallorquín (convertido al Islam) Anselm Turmeda preparó en 1423 (es decir, poco antes de su muerte) una versión en catalán titulada "Lo Llibre dels Morts". Sólo se conocen dos ejemplares de ésta, que se encuentran en la Biblioteca de la Abadía de Montserrat y en la Biblioteca del Monasterio de Lluch, en la isla de Mallorca7. Parece demostrado, no obstante, que el texto en el que se basó era una copia norteafricana que encontró durante su estancia en Túnez, y no la versión peninsular.

En el Renacimiento, la pista del Necronomicón se complica. Se rumorea que Cervantes redactó una supuesta traducción al castellano durante su cautiverio en el norte de África, hacia 1578 (1568 en algunas fuentes, pero imposible históricamente)3 (y que bien podría haber realizado a partir de los textos de Turmeda que se conservaban allí), pero que él mismo la destruyó posteriormente para evitarse problemas con la Inquisición. Eso no le serviría para impedir que el Santo Oficio vetara ciertos párrafos de El Quijote, que en su primera edición en 1605 contenía varias referencias ocultistas a los Mitos de Cthulhu5.

No era el primer caso. Ya a principios de siglo, en 1512, León de Sagredo había publicado en la Universidad de Salamanca su propia edición, titulada "El Libro De Los Antiguos Demonios, Escrito por el Árabe Abdul Hazred"8). El libro llegó al Vaticano a mediados de siglo9 y en 1559 ya aparece incluido en el índice de libros prohibidos. Salvo algunos ejemplares que se consideraban en manos seguras (como el que se guardaba en el convento de las Hermanas Marianitas9, en las afueras de León), los demás conocieron la hoguera y se cree que las últimas copias fueron quemadas en 1623. No obstante, es posible que algunas que habían alcanzado ya el Nuevo Mundo se libraran del fuego y dieran lugar a nuevas reediciones. Parece que esta traducción era poco fiable y mezclaba conceptos judeocristianos, como el diablo y el infierno, con la teología de los Mitos. Ciertamente, para mediados del siglo XVII ya se había consolidado la relación entre el Necronomicón y la magia negra en general y así aparecieron diversos tomos más o menos goéticos, conocidos popularmente como "alazifes" o "algazifes" y que poco tenían que ver con el original11.

La línea griega

En cualquier caso, no se trata de la única línea genealógica del Necronomicón en la península ibérica. Existe otra edición, fechada en Toledo10 alrededor de 1600 (1623 según otras fuentes) y de la que se desconocen más datos2, pero que con casi total seguridad corresponde a la traducción de Olaus Wormius3 y no al Alacife. Por otro lado, unos estudiosos aseguran que era la edición griega del sabio bizantino y otros que se trataba de una traducción latina6. ¿Simple error o nos encontramos con dos ediciones distintas?

La primera mención, aunque indirecta, a este libro del siglo XVII proviene de Ross Munro, un inglés que viajó por la península poco antes de la Guerra Civil y que al parecer escribió un cuaderno relatando la presencia de los Mitos en estas tierras2. Mariana Hernández, quien supuestamente halló el manuscrito en Londres en 1974 para perderlo poco después en la aduana española, asegura que en el cuaderno se explicaba que el Necronomicón había llegado pronto a Iberia junto a la dominación Árabe y que había sido publicado al menos dos veces.

Aunque el texto de Munro pudo desaparecer, parece confirmado que un libro que encaja con la descripción salió a la luz poco antes de (o durante) la Guerra Civil y despertó el interés del gobierno británico4. En los documentos desclasificados de los que se dispone (en los que, por cierto, el árabe loco aparece también castellanizado como Belaçar o Abdelésar) se asegura que el libro estuvo guardado en el alcázar de Toledo por cierta logia masónica. Aparentemente, esta edición (dividida en tres tomos ligeramente distintos entre sí) fue a parar a las altas esferas del régimen franquista al final de la contienda y pudo influir en algunas de las decisiones políticas de la dictadura, así como en la construcción del Valle de los Caídos4.

Algunos expertos dudan de la autenticidad de este ejemplar, así como del que se ha localizado recientemente en la propia Toledo10. El hecho de que ambos (¿o acaso se trata del mismo?) fueran codiciados en un momento dado por la jerarquía nazi podría apuntar a un engaño perpetrado por los servicios secretos de otro país. En este sentido, se especula con que se trate de una falsificación creada a finales del XIX o principios del XX 10, quizá preparada en los Estados Unidos4. Dado que ambos ejemplares han desaparecido, resulta imposible verificarlo.

Referencias

1 Los Mitos de Cthulhu, varios autores (Alianza Editorial, Madrid 1969)

2 La Piel de Toro, Ricard Ibáñez (Joc Internacional, Barcelona 1997)

3 Enciclopedia de los Mitos de Cthulhu, Daniel Harms (La Factoría de Ideas, Madrid 2005)

4 Sherlock Holmes y las huellas del poeta, Rodolfo Martínez (Bibliópolis, Madrid 2005)

5 Referencia no publicada, podría cambiar.

6 La sombra que huyó del chapitel, Robert Bloch (Valdemar, Madrid 2001)

7 Lovecraft, Lovecraft, Ofelia Dracs [pseudónimo] (Edicions 62, Barcelona 1981)

8 The Spanish Translation of Al-Azif, Carlos Sorentino (Baharna.com, 2001)

9 El Convento Infernal, Ricardo Barreiro e Ignacio Noé (La Cúpula, Barcelona 2003)

10 El Club Lovecraft, Antonio Lázaro (Martínez Roca, Madrid 2007)

11 El Novísimo Algazife, Rafael Llopis (Hiperión, Madrid 1980)

El Necronomicón español y sus fuentes

Esto es un resumen de lo que dijo Lovecraft sobre la edición española y lo que se ha añadido después (a menudo de forma incoherente) desde varias fuentes. No todo está integrado en el artículo principal.

En "A History of the Necronomicon" (1927, no publicada hasta 1938), Lovecraft hace un pequeño ensayo sobre el tema y menciona la famosa referencia: "the Latin text was printed twice (...) and once in the seventeenth (prob. Spanish)". Por cierto, también en este resumen se dice "A 17th cent. edition is in the (...) library of the Univ. of Buenos Ayres.", conexión sudamericana que también se menciona en El Horror de Dunwich y que amplía Derleth, que en "The lurker in the shadows", comenta que habría también una copia parcial en la universidad de Lima.

En ese ensayo, Lovecraft no da fecha exacta de la edición española, sólo un abierto "16..". No obstante, parece que en una de sus cartas, fechada el 13 de mayo de 1936, especifica que la edición española es de 1623 (Robert M. Price, "The Necronomicon: Selected Stories and Essays Concerning the Blasphemous Tome of the Mad Arab"). Que yo sepa, eso es todo lo que escribió Lovecraft al respecto. Existe otra mención de la misma época, de Robert Bloch, que en "The Shadow from the Steeple" (1950) habla de una copia de la traducción española de 1622. La fecha podría coincidir con la de 1623, pero no el idioma, ya que aquella estaba en latín. Error o tenemos otra edición, en este caso vernácula.

Respecto a la fecha de 1647, proviene de una falsa reseña que colaron en el Antiquarian Bookman de 1962: "Alhazred, Abdul. The Necronomicon. Spain 1647. Binding a little worn out in leather and with some spot, even if in prefect state. Numerous xylographies and iniziatic signs. It seems to be a treaty of Ritual Magic in Latin. The Ex Libris in the margin of the page indicates that this book comes from the library of the Miskatonic University. To the best offerer". Basada en esa broma, surgió la famosa ficha de la biblioteca de la Universidad de California que comentó Derleth:

BL430 A 47 Alhazred, Abdul

ca. X. 738 Shelf B

Necronomicon (Al Azif), by Abdul Alhazred.

Translated from Greek by Olaus Wormius (Olao Worm)

XIII, 760p., recordings on wood, tables

sm. fol. (62cm)

Toledo 1647

De ahí viene la referencia a Toledo para la edición española, que se ha tomado como originaria del propio Lovecraft cuando no parece que lo sea. Ignoro de dónde proviene el extraño subtítulo que se suele atribuir a esta obra, "El libro de los árabes".

En el "Necronomicon FAQ", de Colin Low, se amplía la conexión española metiendo a la propia Inquisición: "A Latin translation was made in 1487 by a Dominican priest Olaus Wormius. Wormius, a German by birth, was a secretary to the first Grand Inquisitor of the Spanish Inquisition, Tomas de Torquemada, and it is likely that the manuscript of the Necronomicon was seized during the persecution of Moors ('Moriscos')". Pero parece una referencia totalmente espurea, ya que el propio HPL indica que la traducción latina de Wormius data de 1228, haciendo imposible todo lo demás.

A veces también se dice que en la Catedral de León se publicó una edición casi simultánea a la de Toledo. Todas las referencias que encuentro al respecto parecen proceder de una versión modificada del ensayo de Lovecraft, al que añaden un par de líneas al respecto que no estaban en el original.



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salino
13-05-2013 21:39

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Sí, la inquisición que condena a Olaus en la serie es Francesa, aunque solo es un dato para apoyar la historia, ni siquiera se habla de ello en la serie y mucho menos con fechas .

Me apunto lo de herejía para sustituir la brujería, gracias.

Buscaglia
14-05-2013 17:23

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↕ 19 horas ↕
Tal como dijo salino:

Me apunto lo de herejía para sustituir la brujería, gracias.

Yo soy muy poco talibán, me parece bien que lo quemen por brujo. Pero quería señalar que, históricamente, los procesos por brujería comienzan al final de la Edad Media, paradógicamente son más cosa del Renacimiento y la Época Moderna. En la Edad Media gustaba de quemar albiguenses, cátaros... pero se pensaba que los brujos obtenían sus poderes de la naturaleza más que del Diablo.

salino
14-05-2013 20:04

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↕ 2 horas ↕
Tal como dijo Buscaglia:

Yo soy muy poco talibán, me parece bien que lo quemen por brujo. Pero quería señalar que, históricamente, los procesos por brujería comienzan al final de la Edad Media, paradógicamente son más cosa del Renacimiento y la Época Moderna. En la Edad Media gustaba de quemar albiguenses, cátaros... pero se pensaba que los brujos obtenían sus poderes de la naturaleza más que del Diablo.

Se agradecen los comentarios que alimentan mi conocimiento. Gracias...

Buscaglia
14-05-2013 20:47

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↕ 42 minutos ↕

Aquí todos aprendemos de todos.

sacerdote
27-05-2013 12:55

348 mensajes
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↕ 12 días ↕
Tal como dijo Buscaglia:

me parece bien que lo quemen por brujo.

Joer...

Neddam Bibliotecario
27-05-2013 13:57

18186 mensajes
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↕ 1 hora ↕
Tal como dijo sacerdote:
Tal como dijo Buscaglia:

me parece bien que lo quemen por brujo.

Joer...

Ya ves, esta gente son de cerilla fácil...

Entropía Bibliotecario
27-05-2013 14:01

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↕ 3 minutos ↕
Tal como dijo Neddam:
Tal como dijo sacerdote:
Tal como dijo Buscaglia:

me parece bien que lo quemen por brujo.

Joer...

Ya ves, esta gente son de cerilla fácil...

Que no, que es un error, espera que viene Torquemada y te lo explica...

Saludos,

Entro

Buscaglia
27-05-2013 15:56

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↕ 1 hora ↕

Puestos a quemar, mejor por brujo. Es patético que te quemen por defender que"Dios no puede ser uno y trino a la vez" o "que las féminas pueden colocarse encima durante el acto".

Tillinghast Bibliotecario
13-12-2017 10:54

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↕ 4 años ↕
Tal como se dijo:

No obstante, parece que en una de sus cartas, fechada el 13 de mayo de 1936, especifica que la edición española es de 1623 (Robert M. Price, "The Necronomicon: Selected Stories and Essays Concerning the Blasphemous Tome of the Mad Arab"). Que yo sepa, eso es todo lo que escribió Lovecraft al respecto. Existe otra mención de la misma época, de Robert Bloch, que en "The Shadow from the Steeple" (1950) habla de una copia de la traducción española de 1622. La fecha podría coincidir con la de 1623, pero no el idioma, ya que aquella estaba en latín. Error o tenemos otra edición, en este caso vernácula.

Ostras, coincide con las fechas de El inquisidor y Susurros en la oscuridad de las partidas de Plus Ultra

Interesante...

Neddam Bibliotecario
13-12-2017 11:18

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↕ 23 minutos ↕

Oh, que curiosa coincidencia...

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Alacife: el Necronomicón en la Península Ibérica
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Creado 07-09-2005
Modificado 27-04-2011

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Índice
El Alacife
La línea griega
Referencias

El Necronomicón español y sus fuentes

Opiniones (49)

Historial
27-04-2011: Artículo recuperado para la nueva versión de Leyenda.net, añadidas referencias al Algazife de Llopis

07-09-2005: Versión original de este artículo en Leyenda.net
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